Las hormigas no tienen que lidiar con los problemas emocionales. No conocen el significado de sentirse rechazados, sin valor, no se deprimen ni sienten preocupación. 

Me gusta observar  las hormigas. Dice el proverbio » mira la hormiga perezoso….». Seguramente hay mucho que aprender de este insecto diminuto que no se rinde ante nada. Puedes poner obstáculos en su camino tratando de detener su avance, pero está siempre encontrara un camino nuevo para seguir haciendo su tarea. La única forma de detener a la pequeña hormiga es eliminándola, de lo contrario hará su trabajo sobreponiéndose a todos los obstáculos. «ESTAN PROGRAMADAS PARA PERSEVERAR».  Pensando en esto quisiera que veamos algunas  características de este insecto que  le permiten persistir a pesar de todo.

1. No tienen sentimientos

No tienen que lidiar con los problemas emocionales. No conocen el significado de sentirse rechazados, sin valor, no se deprimen ni tampoco sienten preocupación.  Dice el proverbio que “el ánimo del hombre soportara su enfermedad; mas ¿quién soportara al ánimo angustiado? Al parecer este es uno de los mayores obstáculos para poder accionar.

Cuando comenzamos a pensar en las diferentes problemáticas que estamos atravesando y sacamos conclusiones que luego producen desanimo no permitiéndonos avanzar y lograr nuestros sueños con libertad, es mejor no pensar y simplemente hacer aquello que sabemos debemos hacer. Sintamos el deseo o no, siempre continuemos avanzando haciendo lo que es correcto. En una oportunidad entrevistaron a un gran empresario cristiano, y le preguntaron cuál fue el consejo recibido de parte de sus mentores, que más lo ayudo en su carrera empresarial, el respondió que fueron unas palabras que le dijo su padre cuando él era un joven, este le dijo: “si tienes problemas hijo, trabaja…, si hay crisis, trabaja… si las cosas marchan bien, sigue trabajando, cualquiera sea la circunstancia, siempre trabaja con esfuerzo y dedicación”.

Esto significa que más allá de que las cosas no estén muy bien, o que las cosas no salgan o no sean como nosotros pretendemos, debemos esforzarnos por seguir siendo productivos, y no retroceder ante nada. Si estas abrumado por los problemas, si crees que la culpa de tu situación la tiene el gobierno, el vecino, tus familiares o empleados, tal vez tengas razón o tal vez no, aunque por favor trata de no hacer juicios apresurados que luego tengas que lamentar. Mejor deja que el tiempo indique con claridad al culpable y tu ocupa tu energía en hacer algo que te dará su beneficio y que al realizarlo nunca te equivocaras, trabaja y se productivo

2. Realizan su actividad en forma ordenada.

Sin mucho apuro realizan sus labores y en forma conjunta. No tratan de llevar más carga que otras ni juegan competencia.

3. Administran su tiempo.

Tiene un momento para trabajar y otro para disfrutar del fruto de su labor. Recogen en verano y disfrutan de su labor en invierno.
ES IMPORTANTE QUE LOS JOVENES TOMEN EN CUENTA ESTE CONSEJO, cuantos desperdician los años de su juventud en hacer nada, viviendo como si nunca tendrían que formar una familia, conformar un hogar con hijos, darles una buena crianza y educación, y para eso es imprescindible utilizar con sabiduría los años dorados de la juventud, estudiando, preparándose para el futuro. Los grandes empresarios que en su momento comenzaron a construir lo que hoy es Sony, o la automotriz Honda tenían alrededor de 27 o 28 años a lo sumo, ejemplos como este hay por supuesto en cada país y en cada región, por tanto si no te atreves a establecer un fundamento económico y laboral cuando aún eres joven, posiblemente luego nunca lo harás.

4. Poseen una fuerza descomunal.

Esto posiblemente sea una de las claves de la perseverancia. Para estar saludables y mantener el ritmo es necesario tener una buena alimentación y un buen descanso, de lo contrario cualquier actividad por más sencilla que sea se transforma en algo cansador. En nuestra vida espiritual también es necesario aplicar este principio. Necesitas nutrir correctamente tu alma y tener el descanso necesario para perseverar hasta el fin. El alimento diario de la Palabra de Dios es imprescindible para vivir fortalecidos. No me refiero a simplemente a leer las sagradas escrituras como una mera rutina, o una actividad religiosa, sino más bien como una oportunidad para oír lo que Dios tiene que decirnos y para luego poner en práctica durante el día lo aprendido, Esto produce verdadero cambio y desarrollo en tu vida.
El tema de descansar en Dios es algo más sencillo, pero a veces resulta complejo y difícil de practicar.

Muchos atraviesan grandes dificultades, y tienen una solidez espiritual maravillosa, nada parece moverlos o comprometer su fidelidad a Dios, bien dice acerca de ellos el salmo 125:1 «los que confían en Dios son como el monte de Sion, Que no se mueve, sino que permanece para siempre», otros en cambio, ante la menor dificultad bajan sus brazos y se rinden dando la espalda a Dios. Necesitamos aprender a descansar en Dios. Para ello debemos comprender que la magnitud del problema no tiene tanta importancia, lo que realmente importa es cuánto tiempo vamos a cargar sobre nosotros mismos el peso de la dificultad. El gran secreto consiste en aprender a dejar inmediatamente nuestras dificultades a los pies del SEÑOR.  Cualquier inconveniente o situación por más llevadera que parezca si no la soltamos, al cabo de un tiempo, producirá fatiga espiritual.

¿Qué significa soltar los problemas?

Es justamente eso «soltar». Imagina la siguiente situación. Tienes que pagar algunos impuestos y vas a realizar el pago a un banco o a una entidad  autorizada para dicho fin. Haces el trámite  correspondiente en ventanilla, el cajero emite un ticket o pone un sello garantizando el pago, y luego te retiras con la seguridad de haber realizado con éxito el trámite.

Seria ilógico tener dudas con respecto a la validez del sello o el ticket emitido por el banco, o pensar que el cajero se guardó el dinero y no hizo los depósitos correspondientes. Seria ilógico también esperar que la entidad cierre sus puertas y espiar desde afuera a ver que hacen con tu dinero, o esperar a que se retire la persona que tomo tú pago y preguntarle si hizo el trámite adecuadamente o se quedó con tu dinero. Esto seguramente parece algo descabellado, pero en lo espiritual muchos hacemos lo mismo, vamos a Dios, le presentamos nuestra necesidad, el confirma que recibió nuestro pedido a través de la promesa que enseña lo siguiente: ”… si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad él nos oye, y si sabemos que él nos oye en cualquier cosa que pidamos , sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho” (1 Juan 5:14,15) Pero en vez de confiar comenzamos a pensar como hará Dios esto o lo otro, si nos habrá escuchado o no, llenando nuestro corazón de dudas y cargando nuevamente el problema sobre nuestros hombros.

Presenta a Dios tus cargas, alégrate por que él te ha escuchado y a su tiempo responderá, confía en él y el hará (paráfrasis del salmo 37:4-5).

Por Mario R. Serrano / avanzapormas.com