Se dice que un rey ofreció un gran premio al artista que pudiera captar en una pintura el verdadero significado de la paz. Al final, el rey colocó su interés en dos de ellas.
La primera pintura mostraba un cielo azul y un tranquilo lago de cristalinas aguas.
La segunda pintura mostraba una tormenta de rayos y un espumoso río que amenazaba con desbordarse. Allí un tierno pajarillo estaba sobre su nido a punto de ser derribado por la corriente.
¿Sabes cuál fue la pintura ganadora?
El Rey escogió la segunda. Él explicó que la paz no significaba ausencia de problemas.
¿Cómo te sientes hoy? ¿Existe paz en tu vida?
Jesús dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se angustie vuestro corazón ni tenga miedo.” Juan 14:27
Este pasaje nos deja tres lecciones importantes.
En primer lugar, vemos una Dadiva. El pasaje dice: “La paz os dejo, mi paz os doy.” Aquí, la fuente de paz es Jesús. Jesús mismo dice “mi paz os doy.” Fuera de Jesús no existe una paz verdadera.
En segundo lugar, vemos una Diferencia. Jesús dice: “yo no os la doy como el mundo la da.” Existe una gran diferencia entre la “paz” ofrecida por el mundo y la paz que Jesús da. La paz humana es momentánea, pasajera y frívola. Solo Jesús brinda la verdadera paz.
En tercer lugar, vemos una Decisión. Jesús dice: “…No se angustie vuestro corazón ni tenga miedo.” Esta es una decisión que usted debe mantener cada día. No deje que su corazón se angustie y tenga miedo. Cuando usted tenga a Jesucristo, la angustia y el temor saldrán de su vida.
¿Por qué no invitas a Jesús a entrar en tu corazón?
Robert Lora
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