En este tiempo de cuarentena he recibido muchos correos de grandes noticias como las de aquellos que tuvieron experiencias maravillosas con Dios junto a sus seres queridos, pero, por otro lado, están aquellos que tuvieron un incremento de problemas con sus cónyuges, padres, hermanos. Y la verdad, esa es la parte más difícil de afrontar en toda esta situación.
¿Cómo podremos reponernos de la crisis económica, social, etc. si estamos enemistados?
Por supuesto que sería el cielo si no tuviéramos problemas, todos quisiéramos vivir ahí, pero estamos en el planeta tierra y las discusiones son parte de la vida, mas no es lo que nos determina.
Todos tenemos experiencias dolorosas que nos cuestan sobrellevar, ¿Cómo están tus relaciones en casa? La Biblia está llena de historias en las que hubo mucho dolor y sufrimiento, como fue la de José (el hijo favorito de Jacob), quien fue traicionado, vendido por sus hermanos, tentado sexualmente, castigado por hacer lo correcto, encarcelado, etc.
No fue fácil para José, pero después de tantos obstáculos que tuvo en su vida, Dios lo recompensó, lo puso como el gobernador de Egipto, lugar que después suministró alimentos a todo el país por la hambruna que existía. Muchos acudieron al palacio para abastecerse, y entre ellos se encontraban los hermanos de José, quienes no lo reconocieron, pero él sí, y fue inevitable que los recuerdos vinieran a su mente, por lo que empezó a tratarlos ásperamente.
El corazón de José estaba muy herido, tanto que se resistía a perdonar a sus hermanos, por el contrario, intentó vengarse acusándolos de robo, los persuadió para ver a Benjamín (su hermano menor), incluso preguntó por su padre, y sus hermanos no sospecharon que se trataba de aquel a quien un día vendieron.
Quizá todo lo que José hizo en contra de sus hermanos no se comparaba con lo que le hicieron a él, pero su corazón estaba dolido y quería que sufrieran. No fue fácil la lucha que tenía que enfrentar consigo mismo, hasta que un día no pudo contenerse, y pidió estar a solas con sus hermanos para confesarles quién era. La Biblia dice que lloró a gritos, que los egipcios y aún el Faraón lo oyeron. Fue un largo proceso en el que José tuvo que morir a su orgullo para dar paso al perdón.
En Génesis 45:3 dice que, ante la confesión de José, sus hermanos quedaron en silencio, quizá hubiera sido lindo escucharlos decir: “No José, perdónanos tú a nosotros”. Pero no fue así, y es posible que te topes con personas que ni siquiera deseen reconocer que se han equivocado, mas la Biblia nos manda a perdonar a los que nos ofenden.
Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Colosenses 3:13 (RVR1960)
Ya no hay tiempo para estar enemistados con nadie, ni las circunstancias nos lo permiten. Un día tú estarás en necesidad y, ¿qué tal si la persona con quien tuviste rencillas fuera la única con la posibilidad de ayudarte o viceversa? Entonces, ¿no deberíamos estar unidos en lugar de divididos?
CVCLAVOZ
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