Tener presente que Dios todo lo ve, es un beneficio para nosotros los seres humanos. Si desde pequeños nos enseñan que de Él nadie se esconde, seremos menos propensos a cometer errores. Estamos siendo observados y generalmente nos cuidamos más si sabemos que nos están viendo.
«Tú eres el Dios que me ve». También dijo: «¿De verdad he visto a Aquel que me ve?»
Génesis 16:13 (NTV)
Hacer Su voluntad nos da plenitud
Vivir alineados con la voluntad de Dios nos trae paz. Saber que Él nos está observando, no vigilando, es maravilloso. Se preocupa por nosotros y sabe lo que necesitamos. Si nos dejamos guiar por Él sabremos nuestro propósito en esta vida y nos esforzaremos por pasar la eternidad a Su lado.
Cuando vivimos para complacer a Dios, para estar haciendo el bien, nos sentimos gozosos y experimentamos plenitud, no nos sentimos vacíos y sin dirección. Entendemos que lo que Dios desea para nosotros es lo mejor para nuestra vida.
Saber de la bondad de Dios nos puede aterrar
Reconocer la bondad de Dios puede aterrarnos a veces, porque nos sentimos inadecuados ante tanta santidad, y por eso podemos intentar escondernos de Él. Pero, dejarnos llevar por eso nos niega la realidad. Dios todo lo ve, nadie se puede esconder de Él. Tengamos presente que hasta nuestras intenciones conoce.
Por eso, más amor debemos sentir por nuestro Dios, porque sabiendo todo lo que pasa por nuestra mente por momentos, nos ama como nadie y está siempre allí cuando le buscamos, cuando lo llamamos, cuando le pedimos y siempre dispuesto a complacernos si es para nuestro bien.
Tenemos un Padre maravilloso, nuestro Creador, que a pesar de que somos como partículas de polvo en medio de Su inmensa creación, siente admiración, respeto, amor infinito y sin igual por nosotros. Por tanto, tratemos siempre de comportarnos de manera que pongamos una sonrisa en Su rostro.
CVCLAVOZ.
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