Específicamente, ¿qué pecado te hace perder el control? Sabemos que al aceptar a Cristo en nuestro corazón llegamos a ser nuevas criaturas. Pero esto no significa que ya no tenemos la tendencia a seguir pecando; mientras estemos aquí en la tierra, todos los días tendremos una lucha interna contra el pecado. 

El apóstol Pablo nos dice lo siguiente al respecto:

Por lo tanto, amados hermanos, no están obligados a hacer lo que su naturaleza pecaminosa los incita a hacer; pues, si viven obedeciéndola, morirán; pero si mediante el poder del Espíritu hacen morir las acciones de la naturaleza pecaminosa, vivirán. Pues todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.

Romanos 8:12-14 (NTV).

Hay pecados que nos hacen perder el control; es decir, que nos impiden poder ejercer el dominio propio que Dios nos dio. Es probable que constantemente estés cayendo en el mismo error y no entiendes por qué sigues en lo mismo.

¿Qué podemos hacer?

En primer lugar, es importante identificar los pecados que nos hacen perder el control. Algunas personas se inclinan hacia la codicia, la inmoralidad, el chisme, la ira, la amargura; en fin, pecados que nos impiden vivir en libertad y viven esclavizadas por esos males a pesar de la libertad que tenemos en Cristo.

Al identificar esos pecados que continuamente nos hacen perder el control, podremos luchar contra ellos. Mientras no los reconozcamos como pecados que nos están esclavizando, estos crecerán de tal manera que perderemos la sensibilidad al daño que nos producen; y por ende empezaremos a tolerarlos en nuestra vida. Tengamos cuidado al respecto.

Por el contrario, hagamos lo que Dios nos dice en su Palabra y mediante el poder del Espíritu Santo hagamos morir los pecados que nos hacen perder el control. Seamos específicos en las acciones que tomaremos para contrarrestar esos pecados. Debemos ser intencionales en este proceso. No dejemos que esos pecados nos dominen. Sometamos todo nuestro ser a la obediencia a Cristo. Apartémonos de aquello que nos incita a volver a caer en lo mismo. Sobre todo, permanezcamos en comunión con Dios, porque con su poder podremos disfrutar la libertad en Cristo.

 CVCLAVOZ.