Una serie de ataques con coche bombas en varias ciudades de Iraq dejó un saldo de 65 personas muertas y más de 200 heridos el miércoles. Las personas atacadas celebraban peregrinaciones relacionadas con su religión chiíta.

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El primer ataque ocurrió durante una procesión alrededor de las 5:00 a.m. en la ciudad de Taji, al norte de Baghdad, matando a siete personas e hiriendo a dos, según la policía local.

Dos explosiones simultáneas también ocurrieron en la ciudad de Balad, a 80 kilómetros de Bagdad, y mataron a siete personas e hirieron a 34.

En el sur del país, algunas de las explosiones fueron dirigidas a dos mezquitas chiíta y en Hilla, una ciudad predominantemente chiíta, una explosión de dos coche bombas en restaurantes cercanos a una academia local de policía dejó al menos 20 personas muertas y cerca de 40 heridos. De acuerdo con autoridades locales muchos de los muertos eran reclutas de ese centro.

De acuerdo a un oficial del Ministerio del Interior de Iraq, cuatro vehículos parqueados fueron detonados en diferentes puntos de Baghad, con el objetivo de atacar a peregrinos que celebraban la muerte de Imam Moussa Kadhim.

Aunque ningún grupo se ha atribuido los ataques, la Prensa Asociada indica que debido a la forma en la que fueron realizados, grupos insurgentes Sunni pudieron haber sido los responsables.

Los Chiítas y los Sunnis son ramas de la religión islámica, y a pesar de tener una base común tienen creencias diferentes en cuanto a los líderes religiosos que veneran, y el conflicto en ese país se profundizó en años recientes, mientras las tropas estadounidenses estaban presentes en ese territorio.

A mediados de diciembre de 2011, el último grupo de tropas estadounidenses abandonó territorio iraquí, pero las divisiones políticas en Iraq han continuado.

El chiíta Nouri al-Maliki, Primer Ministro de Iraq, ha sido acusado de monopolizar el poder y las tensiones en el país se han incrementado después de que el vicepresidente Tariq al-Hashemi, uno de los líderes del grupo Sunni, fuera acusado de patrocinar escuadrones de la muerte para exterminar a oficiales chiítas.

Los ataques del miércoles representan el acto de violencia más grande después de que bombas dirigidas a chiítias mataran a 78 personas en Bagdad y en las afueras de la ciudad de Nasiriyah el 5 de enero de este año.

A pesar de que en recientes meses la violencia en Iraq ha disminuido, ataques esporádicos han sido realizados en contra de chiítas, e insurgentes Sunnis se han atribuido dichos ataques.

La semana pasada, la organización Estado Islámico de Iraq, que incluye a un grupo local de Al Qaeda se atribuyó el bombardeo de una oficina chiíta en Bagdad, en la que murieron 20 personas.

El portavoz de las fuerzas militares de Bagdad, Dhia al-Wakeel, dijo que los ataques fueron realizados con el objetivo de reiniciar la violencia sectaria, pero que “los iraquíes están conscientes de la agenda del terrorismo y no caerán en un conflicto sectario.”

Las celebraciones chiítas relacionadas con la muerte de Imam Moussa Kadhim finalizarán este sábado, lo que aumenta el temor de ataques como los del miércoles se repitan en los próximos días.

Fuente: ChristianPost.com