Nos gustan las cosas rápidas, buenas y fáciles. RÁPIDAS, porque a veces no disponemos de mucho tiempo; BUENAS, porque nos encanta la calidad; y FÁCILES, porque no queremos “coger lucha”. Esta última característica nos dice que ESTAMOS INCLINADOS A SER VAGOS. Todo lo que conlleva trabajo no es alcanzado por los vagos, porque al vago le gusta la vida fácil y cómoda. Hay quienes piensan que la tecnología es una de las culpables de esta inclinación, ya que nos acomoda la vida en muchos sentidos. Pero no! La vagancia no es de estos tiempos. Desde la antigüedad la historia es testigo de un sin número de personas que tuvieron sueños extraordinarios, pero como no estuvieron dispuestos a “fajarse” y luchar por hacerlos realidad, se fueron a la tumba con ellos. Incluso, por eso hay más personas fracasadas que exitosas, por la vagancia.

Es lamentable decirlo, pero la vagancia también se refleja en la forma en que nos alimentamos con la Palabra de Dios. En Éxodo 20:19 encontramos al pueblo de Israel diciéndole a Moisés: “Habla tú con Dios”; y eso mismo vemos en el pueblo de Dios hoy día: Somos tan vagos que esperamos a que un predicador pase 40 días HABLANDO CON DIOS para que nos traiga una “tremenda palabra” de parte de él, porque no queremos buscarlo nosotros en intimidad. Incluso, como nos gustan las cosas exprés (osea, rápidas, buenas y fáciles) elegimos esperar los domingos para obtener de boca del pastor una “palabra fresca”, envés de meternos nosotros mismos a leer y meditar la palabra de Dios. Ah! Pero como somos una balsa de vagos, preferimos pasar hambre espiritual y alimentarnos una vez por semana con una palabra rápida, buena y fácil. Ma’ bueno que e’ así!

Somos tan vagos que preferimos ver videos de predicadores en youtube, en vez de dedicar ese mismo tiempo escuchando personalmente al Señor en intimidad. Es más, somos tan vagos que para hacer un devocional no queremos levantarnos de madrugada, como dice el Salmo 1:2, sino que preferimos leer un artículo en YoSoyDinámico.com o escuchar un Selah de Brainerd Ramos o algún otro salmista. Imagínate! ¿Quién va a estar cogiendo lucha sacando tiempo a solas con Dios, despolvando la biblia y meditando en lo que él nos dice?

“No te conformes solo con recibir la palabra que Dios le da a otros, cuando él desea darte la tuya propia en intimidad.” 

No estoy en contra de lo que hacen esos ministros. Al contrario, doy doblemente gracias a Dios por ellos, primero porque yo he sido bendecido por la forma en que Dios los usa, y segundo porque si no fuera por ellos mucha gente viviera su propio período intertestamentario (más de 400 años sin Palabra de Dios). Pero lo que quiero es que No te conformes solo con recibir la palabra que Dios les da a otros, cuando él desea darte la tuya propia en intimidad. ¿Acaso no entiendes que la razón por la que Dios sacrificó a su hijo es para que no tengas que esperar a que a otro le dé la gana de buscarle para que te encuentres con él? Hacer eso es limitar el trato personal que Dios desea tener contigo. No te conformes al sistema exprés de este mundo que todo lo quiere rápido, bueno y fácil. No sigas permitiendo que la vagancia y la comodidad te pongan a pasar hambre espiritual, cuando todos los días Dios te tiene pan recién sacado del horno de su presencia.

Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.

Salmos 1:2-3

Sé que te encanta que te declaren ese versículo que dice que prosperarás como árbol plantado junto al río. Pero esa promesa tiene un requisito: meditar de día y de noche en la ley de Dios. Es decir, “guayar la yuca” en las madrugadas meditando en su Palabra. Por eso te dije que a los vagos los entierran con todo y sus sueños, porque el vago no busca de Dios, y el que busca de Dios es el que prospera. Así que ve a ver los ajustes que tengas que hacerle a tu agenda, pero saca ese tiempo para meditar la palabra de Dios en intimidad.

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Josué 1:8

Pastor Juan Carlos Reyes

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