Entonces dijo Moisés a Jehová, “… nunca he sido hombre de fácil palabra… soy tardo en el habla y torpe de lengua.” Jehová le respondió: “… ve, que yo estaré en tu boca y te enseñaré lo que has de hablar.” – Éxodo 4:10-12 (RVR)

Moisés fue un gran hombre, pero temprano en su relación con Dios se preocupó más en dar excusas. El poder de la historia de la zarza ardiente es la respuesta de Dios a las excusas al decirle a Moisés que confiara y al prometer que haría a través de Moisés lo que parecía imposible.

¿Cuántas veces usamos como excusas el no tener el tiempo, la experiencia, o el talento? Un derrame cerebral me dejó con un trastorno del habla, pero cuando soy tentado a usar eso como excusa, recuerdo a Moisés quien padecía de lo mismo. Aun así, Dios lo llamó.

Creo que Dios nos puede usar tal y como somos, con nuestras dudas y limitaciones. Los límites es decisión de Dios, no de nosotros. El poder ilimitado de Dios puede transformar nuestras limitaciones en instrumentos de fe y de grandes acciones.

[Pq]A pesar de nuestras limitaciones, Dios tiene sus propósitos para nuestras vidas.[/Pq]

Autor Sr. William L. Dike (Florida, EE. UU.) El Aposento Alto