Hacia bastante tiempo que esperaba una respuesta de Dios, Un día me desanime tanto, tanto que le dije, Señor háblame porque ya no doy más.
Voy a dejar todo lo que estoy haciendo. 
Mi oración no fue desafiando a Dios, sino fue un grito desesperado.
Fue un clamor de mi corazón, luego aguarde la respuesta todo el día.
Antes que caiga la noche me llaman por teléfono para contarme algo sin importancia,
pero entre otras cosas me dijeron, ah sabes que Dios me dijo que te digiera esto:
«CONFÍA EN MÍ»  para la persona que me lo dijo fue una palabrita sencilla, pero para mi era la  respuesta de Dios que estaba esperando.
¡Si Él estaba trabajando, yo solo debía confiar!
Así que continúe lo que estaba haciendo y en poquito tiempo me bendigo mucho más de lo que había soñado.
Muchas veces nos desanimamos junto antes de terminar la carrera,  pero lo que no sabemos es que ¡ya estamos a punto de ganar!
¡Te  animo hoy a confiar en Dios con todas tus fuerzas!
El Señor JAMAS te defraudará, te dará mucho más de lo que habías soñado.
Llámame a mí, que yo te responderé. Te contaré secretos grandiosos e inimaginables que tú no conoces. Jeremías 33:3