Moisés, en Deuteronomio 34:10-12 la Biblia habla de su gran ejemplo, de que nadie fue como él, entre todos los profetas del Antiguo Testamento. Sin embargo, este hombre digno de imitar, también se encontró en un momento de su vida con una difícil decisión por delante.
Así también le ocurrió a Josué, su discípulo fiel. En Josué 1:1-9, vemos que luego de la muerte de Moisés, el gran profeta, Dios le encomienda a Josué que continuara su ministerio y que completara la promesa tomando la tierra. ¡Que momento!
Las decisiones que tomas hoy, determinan tu futuro
Los hebreos habían salido de la esclavitud de Egipto, habían visto milagros en el desierto pero ya era hora de entrar en la promesa. Aunque, para ellos era una región geográfica (donde hoy se sitúa la Nación de Israel), para nosotros es más que eso. Es un nuevo tiempo de bendición y de cosecha.
Frente a la tierra prometida, solo Josué pudo entrar, junto con la nueva generación de israelitas que se animaron a creer en Dios y obedecerle. En cambio, la generación anterior, solo llegó a ser libre de la esclavitud, sin lograr desprenderse de Egipto en su corazón. Dieron vueltas y vueltas en el desierto pero no pudieron tomar la tierra.
El desierto en nuestros días, tiene que ver con dejar de encontrarle el sentido a la vida. Tiene que ver con ciclos emocionales que no nos llevan a ningún lado. Con dar vueltas sin ver un verdadero fruto y una transformación profunda y verdadera.
Este es el tiempo para que dejes tu desierto y entres a la tierra prometida. El 2012 es una nueva oportunidad para que avances hacia lo nuevo que Dios tiene preparado. Es tu decisión, puesto que puede ser solo una continuación del año anterior, o puede ser el año de la victoria y la plenitud en todas las áreas de tu vida.
El obedecerle a Dios trae bendición, porque recibimos su perspectiva
Moisés había sido salvado por su madre (Hebreos 11:23-27) y había sido colocado en el río Nilo en una cunita de mimbre. Así llegó a manos de la hija del Faraón que lo adoptó y lo crió como un príncipe real. Pero llegó un día en el cual decidió identificarse con el sufrimiento de su pueblo antes que disfrutar de los deleites de los egipcios.
Egipto, justamente, tiene que ver con el mundo. Este refleja la sensualidad, los placeres momentáneos y efímeros que nos alejan de Dios y de la integridad. Moisés, aún en el desierto, se encontró frente a una gran decisión. En Éxodo 3:1-2, vemos como el Señor lo confronta y lo comisiona a liberar a su pueblo. Fue allí donde realmente puso un final a su antigua vida, para seguir a Dios. Y fue allí donde, por su obediencia y entrega se convirtió en el mayor de los profetas.
Todos tenemos decisiones que tomar. Eso nos traslada del desierto a la tierra prometida. Los milagros son del Señor, pero las decisiones son nuestras. Esta es nuestra responsabilidad. Nadie tiene más culpa de la que nosotros le permitamos tener. Es por eso que el sentirnos víctimas de la situación, de recordar las culpas de los otros solo provocan alejarnos de la cosecha. La libertad espiritual comienza por la decisión de renunciar al dolor para aferrarse a Cristo.
Moisés se animó a creerle a Dios, frente a tal desafío, y dejó a Egipto atrás. Josué creyó la palabra, obedeció en todo cuanto el Señor le encomendó y llevó a la nueva generación de hebreos a la conquista triunfal de la tierra prometida. De igual manera, si te dispones a perdonar a quien te ha causado tanto daño, si dejas de echarle la culpa a quien te lastima, entonces verás que Dios es quien verdaderamente te defiende y te está queriendo llevar a un nuevo tiempo de victoria y plenitud en todas las áreas de tu vida.
La recompensa de ser cristiano es el gozo, la felicidad. Es entender que hay propósitos en la vida por delante y que a pesar de las derrotas, siempre se levanta un nuevo día con nuevas oportunidades. Aunque a veces armamos planes a nuestro antojo, y esperamos que Dios acepte todo y nos cumpla los deseos sin contemplar su opinión. Esto termina por ser muy limitado. Anímate a creerle a tu Padre Celestial puesto que Él desea que seas feliz y tiene un propósito para ti que te hará experimentar la plenitud verdadera.
Solo entrégale todo, las derrotas y los sueños y confía en su amor. Él tiene la visión más completa de tu vida, tu pasado y tu futuro.

El costo de seguir a Cristo que trae tanta recompensa
En Deuteronomio 11:11-12 El Señor les prometía una tierra fértil en abundancia pero que también poseía vegas (es decir, valles). En la Biblia, los valles son los tiempos de lucha y oposición; tal como el valle de los huesos secos. Pero también hay montes que son los momentos de encuentros con Dios. ¡Este año vas a tener encuentros hermosos con tu Señor y desde el principio al fin, sus ojos estarán sobre ti!
Es tiempo de tomar una decisión. Aunque comience como una pérdida, en realidad va a ser una ganancia si decides seguirlo a Dios. Siempre es más fácil vivir de acuerdo a este mundo, en cuanto a la seducción, a los placeres momentáneos. Sin embargo, tienes un llamado divino que te acompaña y te guía a cada paso, si buscas escucharlo. Dios habló al corazón de Moisés y al obedecerle, su vida cambió por completo.
Josué tenía un gran desafío, pero al decir creer y avanzar en fe, su nombre siempre será recordado como el valiente y fiel guerrero. Tú también estás siendo llamado por el mismo Dios a marcar la diferencia en este tiempo. Sólo síguelo, busca su presencia y verás como esa nueva tierra de montes y vegas se abre a tu disposición. ¡Un nuevo tiempo se acerca! Dios tiene preparado lo mejor para ti!
Se honesto contigo mismo, toma las responsabilidades que te correspondan y deja de echarle la culpa a otros. Puedes apartar un tiempo cada día para buscar la guía del Señor y ser llevado de victoria en victoria. ¡Te espera una tierra de bendición!
Renuncia a la derrota del pasado, anímate a perdonar, a pedir perdón y a tomarte de la mano de tu Salvador para entrar en una nueva tierra de bendición. ¡Este es el tiempo de ver su gloria!
Claudio Freidzon