Tim Stevens, pastor de Granger Community Church en Granger, Indiana, analiza por qué es importante y necesario comprometerse personalmente con la iglesia.

“Es hora de que despertemos al hecho de que hay un mundo moribundo y perdido y como cristianos tenemos la responsabilidad de salir de nuestras zonas de confort, arremangarse, y participar en el quebrantamiento de una humanidad desordenada”, señala Stevens.

1. La Iglesia nos necesita.

No se trata de la construcción o la organización. Por el contrario, el pueblo de Dios necesita lo que usted puede ofrecer. Su presencia física, palabras de aliento y los actos de servicio, combinado con lo que otros traen, es lo que hace el pueblo de Dios. Cuando usted “va a la iglesia” con ojos  misioneros muy abiertos, llega temprano y se queda hasta tarde, participa en conversaciones con otros seguidores de Jesús, y ve a las personas que deben fomentarse y apoyarse en conversaciones con la gente que Dios traerá a lo largo de su trayectoria.

2. No se trata sólo de alimento espiritual.

Si va a la iglesia una vez a la semana conseguirá lo que necesita espiritualmente para pasar una semana, entonces sintonizar un culto en línea sería muy bueno. Usted podrá conseguir lo que necesita en la radio cristiana, lectura de libros, estudio de la Biblia o viendo a su predicador favorito de televisión. Pero el propósito de la iglesia es mucho más amplio que eso. Se trata de adoración, la oración y el estudio de la Biblia juntos, servirse unos a otros y llegar juntos en la misión. Esto no puede hacerse en forma aislada.

3. Usted necesita la iglesia.

Usted necesita la “iglesia” (aquellas personas que son seguidores de Jesús y se reúnen con su congregación) más de lo que usted cree. Hay tantas cosas en las Escrituras acerca de los aspectos relacionales de la iglesia, amarse unos a otros, la dedicación de uno hacia el otro, animarse unos a otros, instruirse unos a otros, saludarse unos a otros y nada de esto se puede hacer de la misma manera en un entorno virtual.

4. La iglesia es un organismo vivo.

Si se quita el páncreas o el esófago o el brazo izquierdo, estos dejarán de vivir fuera de su cuerpo. El Nuevo Testamento no sabe nada acerca de un cristiano que no esté conectado a una iglesia. Sus dones, habilidades, ideas, servicios, liderazgo, recursos, todo el amor que tiene para ofrecer, es un componente crucial para una congregación floreciente.