Medidas radicales contra la impureza

En el tema de la impureza sexual, la Biblia choca de frente con el mundo. No es considerada como una travesura común a los hombres, sino como un pecado capaz de arrojar al juicio eterno. Es más, lo que se condena en estos versículos no es el abandono sexual público, como Absalón lo perpetró con las concubinas de David su padre, sino los actos sexuales practicados dentro del recinto del corazón, en donde solo Dios es testigo.

Dice el refrán: «a grandes males, grandes remedios», el remedio que Jesús recomienda a la impureza es radical. No se trata de que literalmente te saques los ojos, o te cortes la mano, pero sí que tomes medidas recias para evitar que la impureza se convierta en una costumbre.

El día de hoy proponte tomar medidas radicales. Instala un filtro anti-pornografía en tu computadora, atrévete a confesar tus debilidades a otros cristianos maduros para beneficiarte de su ayuda, evita aquellas influencias que te incitan a este pecado. Solo tú sabes lo que toma para librarte de este pecado.

Mateo 5:27-30 (NTV)

(27) Han oído el mandamiento que dice: “No cometas adulterio”. (28) Pero yo digo que el que mira con pasión sexual a una mujer ya ha cometido adulterio con ella en el corazón. (29) Por lo tanto, si tu ojo —incluso tu ojo bueno— te hace caer en pasiones sexuales, sácatelo y tíralo. Es preferible que pierdas una parte de tu cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. (30) Y si tu mano —incluso tu mano más fuerte— te hace pecar, córtala y tírala. Es preferible que pierdas una parte del cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.

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 Tony Segar, Software Bíblico Logos