Llega un punto en nuestras vidas en el que no sabemos qué hacer, en el que todo nos parece absurdo, sin sentido; algunas cosas las encontramos injustas, y otras nos saturan la paciencia y nos hacen olvidar la tolerancia. En muchas ocasiones nuestros familiares, amigos, pareja, compañeros de trabajo (o escuela/universidad), son los “culpables” de nuestro desespero. Pero no hemos sido conscientes de que la culpa es, en gran parte, nuestra.

Te cuento esto, porque soy una de esas personas que siente, piensa, y  también se desespera. Pero hoy quiero profundizar en la tolerancia, un valor que encierra muchas de las cosas que pueden ayudarnos, no solo a ser mejores personas, sino a entender que somos todos diferentes.

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La tolerancia hace que seamos más amables, que entendamos nuestras diferencias, los temperamentos, las actitudes, las respuestas que quizás no entendamos. Somos muy particulares, tenemos rasgos tanto físicos como de carácter que nos hacen muy especiales. Normalmente nos desesperamos con personas que hablan más de la cuenta, o que se meten en las conversaciones sin haber sido llamados, o que simplemente quieren pasar por encima de todos, mostrando una cara muy dulce y a nuestras espaldas hacen “campaña en contra” (por no decir que hablan mal a espaldas de otros); pero puede que esa no sea tu situación, sino que lo que te tiene desesperado es la falta de ayuda de tus familiares, o puede que sea una respuesta que está tardando en llegar; entre otras situaciones que pueden estar alterando tu paz y robando tu tranquilidad.

Por ello la tolerancia y la paciencia son parte de la fórmula. Ahora bien, estas no pueden funcionar, sino existe un total convencimiento de que necesitamos ponerlas en acción, y todo empieza siendo honestos con nosotros mismos y saber que dentro de cada uno hay algo que puede que desespere a los demás, así que no estamos exentos.

Lo importante aquí es llevar en nuestros corazones lo que Dios mismo nos ha pedido: Amar a otros como a nosotros mismos, por ende, no podemos dar de lo que no tenemos; Tenemos que poner a trabajar la tolerancia, el amor por nosotros primero para poder dar amor. Y sobre todas las cosas pensando en que el amor de Dios ha sido tan inmenso que nos cobija a todos.

Hoy decide no desesperarte y tolerar con amor.

Escrito por Yisse Zapata / CVCLAVOZ