Tal como estaba previsto, la Arquidiócesis de Nueva York anunció que más de un centenar de parroquias del estado deberán fusionarse y más de 30 iglesias dejarán de ofrecer servicios religiosos para hacer frente a la pérdida de feligreses y bajo número de curas ordenados.

El anuncio es parte del mayor plan de restructuración de la Arquidiócesis en sus más de 150 años de historia, que culminará en agosto del próximo año. Para ese fecha, 112 de las 368 parroquias con las que cuenta en el estado se unirán, dando lugar a 55 nuevas parroquias.

El cambio provocará también que 31 iglesias dejen de celebrar misas o sacramentos de manera regular, y sólo se utilizarán para eventos especiales, por lo que los parroquianos deberán cambiar su lugar de culto a partir del 1 de agosto de 2015.

“Este tiempo de transición en las historia de nuestra Arquidiócesis será sin duda difícil para las personas que dependen de las parroquias que se fusionarán”, dijo el cardenal y arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, a través de un comunicado. “Habrá muchos que se sientan dolidos y tristes por este cambio en sus vidas espirituales, y yo seré uno de ellos. Será nuestra responsabilidad facilitar la transición lo máximo posible”.

Un cambio estudiado

Dolan nombró un comité de más de 40 personas, compuesto por miembros del clero, feligreses y personal de la Arquidiócesis, entre otros, para determinar los cambios necesarios ante la pérdida de fieles y fondos, ya que, aunque Nueva York cuenta con 2,8 millones de católicos, sólo el 12% van regularmente a misa.

Se ha intentado diseñar el plan de restructuración de la manera más eficiente, con el fin que los parroquianos que pierdan la iglesia a la que acudan regularmente, tengan siempre una en las cercanías. Las parroquias fusionadas serán evaluadas cada dos años para determinar cómo se han adaptado al cambio.

La falta de fieles no afecta sólo a los norteamericanos, sino también a un sector tradicionalmente católico como es el origen hispano. De estos templos 19 están en Manhattan, El Bronx y Staten Island, y vecindarios tradicionalmente latinos como El Barrio (3), el sur de El Bronx (2) y Loisaida (1) se verán especialmente afectados.

La Arquidiócesis determinará en el futuro que hacer con las iglesias que cesen sus servicios, cuyos terrenos podrían ser vendidos, aunque se dejará pasar el tiempo para tomar una decisión al respecto.

La transición no afectará a las escuelas católicas que comparten el nombre de las parroquias, ya que operan de manera independiente durante años.

La Diócesis de Brooklyn, que también supervisa a las iglesias católicas de Queens, se vio ya obligada también a llevar a cabo una reorganización en 2009, eliminando más de una decena de parroquias.

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