Recientemente un amigo me hizo esta misma pregunta la cual me despertó cierto interés en escribir unas cuantas ideas al respecto. Mi respuesta a esta pregunta, de que si una persona debe saber tocar un instrumento musical para dirigir o coordinar un grupo de adoración fue simplemente: «No». Este no es un requisito, ni mucho menos una obligación para quienes se encuentren ejerciendo este importante ministerio que a veces puede llegar a ser muy exigente.

Y es precisamente por las exigencias que se requieren de nosotros, que creo que el saber tocar un instrumento no debe ser un requisito pero si una habilidad que ha de proporcionar muchos beneficios (discúlpenme, pero lo repetiré de nuevo: «muchos beneficios»). Soy de los que creen que el aprender a tocar un instrumento y poder desarrollar las habilidades de tocarlo bien potencializa tus conocimientos musicales. No olvidemos que las voces son instrumentos también, por lo que todo aquel que utiliza su voz para cantar también es músico.

Bien, sin la intención de escribir una nota muy larga, vamos a comentar algunos beneficios prácticos que puedes llegar a obtener si te decides por aprender un instrumento musical, aparte de dirigir y/o coordinar un grupo de alabanza y adoración:

1ero. Tocar un instrumento musical te permitirá entender y a la vez ser parte del ensamble de los temas desde una óptica distinta a la de un director o voz de apoyo.

2do. Podrás compenetrarte aún más con los demás músicos y como ya hemos mencionado, te capacitará más como músico.

3er. Podrás entender mucho mejor la armonía de las canciones para así poder hacer mejores armonizaciones de voces, de melodías y contramelodias que se puedan hacer.

4to. Aprender a tocar bien un instrumento te permite ser músico de reemplazo cuando alguno de los demás integrantes del grupo no pueda estar presente; sea en el ensayo o en el tiempo de ministración.

5to. Los instrumentos que más te recomendados son el piano o la guitarra acústica o eléctrica, ya que ambos instrumentos son melódicos y armónicos. Esto quiere decir que no sólo puedes tocar melodías como el violín, trompeta o saxo, sino que también puedes tocar la armonía (acordes = 3 o más notas armonizadas).

6to. Al momento de escoger el instrumento que vas a tocar debes considerar ciertos factores como lo son tus gustos personales, la facilidad de tener escuelas o profesores particulares para recibir enseñanza, acceso y costo del instrumento y sus accesorios, la necesidad más urgente que presente tu ministerio local, si ya hay instrumentos disponibles en tu iglesia, etc.

En fin, te animo a que puedas iniciar y desarrollar tu talento en un nuevo instrumento musical. Para así ser más efectivo en la interacción y dirección de tu ministerio musical.

Espero que estas ideas te ayuden crecer aún mucho más.

Bendiciones.

Emmanuel De la Rosa

Director Proyecto Bases