La dificultad es resultado que antes que haya un cambio en cualquier situación que enfrentemos, debe haber un cambio en nuestra actitud hacia lo que queremos que cambie. La tensión esta en que nosotros queremos que las cosas cambien, pero Dios quiere cambiarnos a nosotros. La pregunta sería, ¿cuántas respuestas tiene Dios para los muchos problemas que enfrentamos en la vida?

Tomemos por ejemplo, el problema del sufrimiento. En la experiencia humana, esto no es extraño, y se vivencia de muchas maneras: en lo físico, circunstancial y espiritual. Lo podemos experimentar en nuestras vidas o con personas relacionadas a nosotros. Una de las formas más intensas de sufrimiento, están relacionadas a Dios mismo: su silencio, y aparente falta de cuidado y conocimiento de lo que podamos estar viviendo en un momento determinado, puede ser agobiante para cualquiera que se encuentre en una situación, de la cual desea ser librado. Parece que las oraciones no son escuchadas, y aparentemente no serán contestadas. ¿Te has encontrado en ese dilema? 

Al momento de escribir esta reflexión, me encuentro en Orlando preparándonos para el paso de la tormenta Irma. El pronóstico es devastador, especialmente para el sur de la Florida. Hace solo unos días que esta tormenta devastó las islas del Caribe; Puerto Rico fue librado de un impacto directo. Agradezco al Señor su protección, mientras que otros sufren la perdida de lo mucho o lo poco que habían podido lograr en la vida, y en algunos casos, lo mas difícil de aceptar, la pérdida de seres queridos. Como si fuera poco, dos tormentas más, una en el Océano Pacifico y otra en el Océano Atlántico, al mismo tiempo que en el sur de México se presentó un temblor de tierra de magnitud 8.1 en la escala de Ritcher, clasificado como terremoto, uno de los más desastrosos vividos en ese país. Esto sin considerar, los muchos otros males en otras partes del mundo. 

Si preguntamos a los cristianos: ¿por qué de tanto desastre y dolor?, las respuestas serán tantas como la cantidad de cristianos que existen. Desde «juicio», «falta de oración», «Dios quiere que volvamos a él», «él esta tratando con la iglesia», «eso es por el pecado de la gente», «eso esta en la Biblia», «estamos en los días finales», «Dios se lo reveló», y otras muchas respuestas similares.